La Libertad religiosa, camino para la paz.

Madre de Dios, ruega por nosotros y danos un año de paz




En el primer día del nuevo año, la Iglesia dirige su mirada gozosa sobre la Madre de Dios y su mirada suplicante al que ella ha engendrado, Jesús, Rey de la paz, pidiendo este don para el mundo entero






En el primer día del nuevo año, la Iglesia dirige su mirada gozosa sobre la Madre de Dios y su mirada suplicante al que ella ha engendrado, Jesús, Rey de la paz, pidiendo este don para el mundo entero.


Son dos realidades surgidas del misterio de la Navidad. "La Madre ha dado a luz al Rey, cuyo nombre es eterno; la que lo ha engendrado tiene al mismo tiempo el gozo de la maternidad y la gloria de la virginidad: un prodigio tal no se ha visto nunca ni se verá de nuevo." Así reza una antigua antífona que aparece en la liturgia de la solemnidad que celebramos hoy. Igual que en cualquier nacimiento primero se dirigen las miradas al recién nacido, a continuación, al mismo tiempo casi, la felicitación y el afecto agradecido es para la madre, custodia viva del hijo que ha engendrado. El Hijo de María es Dios, luego ella es la Madre de Dios.


También Madre nuestra, constituida como tal al pie de la cruz, a ella encomendamos el nuevo año, con la esperanza de que nos proteja y guíe durante este esperado 2011; esperando en esta tierra de María que es España a tantos jóvenes que se encaminarán a nuestra capital en lo que se prevé sea un gran acontecimiento de gracia y revitalización de la vida cristiana, la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, con el Sucesor de Pedro.
Mirada a la Madre - decíamos - y mirada suplicante, pidiendo desde la fe en Cristo el don de la paz. "Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados Hijos de Dios". Día 1 de enero, Jornada Mundial de la Paz. Como todos los años, el Papa, nos dirige un mensaje en este día hablándonos de la paz. El mensaje de este año, LA LIBERTAD RELIGIOSA, CAMINO PARA LA PAZ, nos recuerda "la libertad de las libertades", como fundamento de la paz, la libertad religiosa.


El libre ejercicio de la fe es un derecho humano, absolutamente esencial para la consecución de la paz. Vemos como paz y libertad religiosa son dos realidades íntimamente unidas. Lo estamos viendo en nuestros días: Los cristianos de demasiados lugares del mundo son perseguidos y se quiere su exterminio: Irak, Sudán... No se les permite vivir su fe, se recurre a la violencia con ellos, no hay paz. No puede haberla mientras no se respete la libertad religiosa.
El mensaje del Papa adquiere tintes de denuncia y verdadero llamamiento a quienes, incluso en nombre de Dios, recurren a la violencia para impedir la libertad religiosa: «todo esto no se puede aceptar, porque constituye una ofensa a Dios y a la dignidad humana; además es una amenaza a la seguridad y a la paz, e impide la realización de un auténtico desarrollo humano integral»...«el fanatismo, el fundamentalismo, las prácticas contrarias a la dignidad humana, nunca se pueden justificar y mucho menos si se realizan en nombre de la religión. La profesión de una religión no se puede instrumentalizar ni imponer por la fuerza. Es necesario, entonces, que los Estados y las diferentes comunidades humanas no olviden nunca que la libertad religiosa es condición para la búsqueda de la verdad y que la verdad no se impone con la violencia sino por «la fuerza de la misma verdad». En este sentido, la religión es una fuerza positiva y promotora de la construcción de la sociedad civil y política».


Pidamos a Santa María, Madre de Dios, que interceda ante su hijo, Rey de la Paz, para que este año que comenzamos sea para todos un tiempo de paz y reconciliación, de sincera conversión a Dios, que es el único de quien nos puede venir la paz y la felicidad